Sí, hace muchos años, cuando escribir significaba reproducir un texto, como el trabajo de los copistas de la Edad Media, o bien, cuando en el tipo de letra recaía la responsabilidad del mensaje, las formas de las letras eran fundamentales. John C. Dana (1899) escribió un manual detallado sobre el funcionamiento de la biblioteca. Entre otros temas habla sobre cómo deben ser las letras con una concreción extraordinaria.