Para apaciguar al Dios de dos caras Jano, el segundo mes de invierno fue nombrado en su honor: enero o «tala» («сечень») – periodo de la deforestación. En ese momento se creía que Dios conecta el pasado y el futuro, vigila las entradas y salidas de las instalaciones y, lo más importante, guarda la entrada a la otra vida. Sobre todo, los marineros en Italia creían en él y lo consideraban su patrón. Clica el enlace para saber más.