Las dos extremos que en la obra de ballet representan Odette (el cisne blanco, pureza, bondad, inocencia…) y Odile (el cisne negro, maldad, manipulación, perversión…) le son exigidas en el escenario a Nina, bailarina de la compañía cuyo director está preparando una representación en la que, por primera vez, los dos papeles serán interpretados por una sola persona.