La sueca fue hasta 1986 una pintora desconocida porque murió en 1944 dando instrucciones de que sus 1.200 cuadros no fuesen revelados al mundo. Practicante del ocultismo y otras disciplinas para contactar con el más allá, vivió entre 1862 y 1944, recibiendo instrucciones artísticas de 'seres superiores'. Sus cuadros, de una poderosa abstracción, la colocan como predecesora de los supuestos 'padres' del género: Mondrian, Malevich y Kandinsky.