Está compuesto por vitaminas B6, B12 y B2, proteínas que son más fáciles de digerir que las de la leche sin procesar, carbohidratos en forma de glucosa, galactosa y lactosa, lípidos y minerales como calcio —debe incluir contenidos de calcio similares a los de la leche, es decir, 113 mg por 100 ml—, fósforo y magnesio.