Una niña aparece muerta en Gales. Augustine es acusado injustamente del asesinato y debe huir. El muchacho se refugia en el castillo de unos parientes bávaros. Allí se enamora de su prima que, por desgracia para él, está enamorada de Dios. Augustine, embelesado por la joven, permanece ajeno al auge del nazismo. Adolf Hitler, un personaje que aparece retratado en la novela con perturbadora precisión, pretende hacerse con el poder, creando un mundo oscuro y estremecedor, de violencia y sinrazón.