David Roberts. Torre de la Calahorra. El Romanticismo floreciente a finales del XVIII y comienzos del siglo XIX, va a despertar en artistas de toda Europa, el interés por las tierras lejanas y exóticas, y Andalucía es una de ellas. Ciudades como Córdoba servirán de inspiración a los artistas y, a cambio, Córdoba dispondrá de una memoria gráfica con un alto valor etnográfico, que será una fuente esencial de datos para conocer nuestro pasado.